miércoles, 24 de junio de 2009

MISTERIOS DE LOS SIGNOS ZODIACALES

Aries, tauro y géminis


Cada una de estas tres representaciones se conserva casi igual que cuando los egipcios y los babilonios trazaron sus primeras versiones del zodíaco. En el famoso zodíaco del templo de la ciudad egipcia de Dandara, Aries estaba representado con la figura de un carnero. Perduraba con esta forma en el zodíaco medieval, por ejemplo en el encantador zodíaco de la puerta norte de la fachada occidental de la catedral de Chartres, en Francia; sin embargo, el símbolo de Aries es muy distinto en la actualidad.


Tauro se representaba como un toro, en los primeros zodíacos de Egipto y Babilonia. La corpulencia física del toro y su potencia sexual conectaban espontáneamente con las cualidades del segundo signo zodiacal, que es tradicionalmente el signo de la pesadez y la lentitud y el de la actividad sexual.Géminis, al principio, se representaba con la imagen de dos muchachos o hombres. En los zodíacos romanos, influidos por la astrología griega y egipcia, se identificaban con los hijos mellizos de Leda: Cástor, que era mortal, y Pólux, que era inmortal. Sin embargo en la Alta Edad media se les representaba, cada vez con más frecuencia, como seres de sexos opuestos, como en el zodíaco del siglo XIII que adorna el pavimento de San Miniato al Monte, en Florencia (Italia). Este cambio en el simbolismo refleja unos cambios en las relaciones hombre-mujer, y estos comienzos de la emancipación de las mujeres quedaban también expresados en las novelas de caballerías de aquella época. Las imágenes zodiacales representaban, bajo su aspecto material, todas estas evoluciones del plano espiritual.Inevitablemente este simbolismo de hombre y mujer en el nuevo Géminis fue llevado a sus extremos de carnalidad, y en los siglos XV-XVI Géminis aparece frecuentemente representado en forma de una pareja de enamorados, a veces incluso en contacto sexual.Tras estas representaciones externas de los signos del zodíaco existen abundantes significados esotéricos y secretos empleados a menudo por alquimistas, artistas, poetas y arquitectos. En la tradición esotérica Aries representa la llama del espíritu. Tauro simboliza la fecundidad y lo terreno, la encarnación y el crecimiento. Géminis, la expresión y la comunicación.Sin el conocimiento del simbolismo astrológico, resultaría muy difícil comprender el significado de numerosos textos y dibujos alquímicos. Uno de estos dibujos alquímicos, el Espejo de la verdad, obra del siglo XVII, sirve de ejemplo: en él un hombre sujeta una antorcha con la mano derecha, y las llamas, que están quemando un templo, brotan de un símbolo similar al de Aries.Para comprender esta imagen es necesario saber que, en la tradición esotérica, Aries es el signo del espíritu y que tiene dos formas de actuación sobre el mundo: puede ser creador o destructor. El templo es aquí un símbolo del espíritu, y las llamas representan el aspecto destructor de Aries.Con la otra mano, el hombre sujeta una representación del mundo coronada por una cruz. Por encima, una flecha procedente de un carnero celeste -la representación de Aries- señala hacia la cruz, para mostrar que el camino idóneo para las inclinaciones de Aries es el de una afinidad beneficiosa con la tierra, que se encuentra debajo. El espíritu intenta constantemente fructificar y enriquecer la tierra.


Un ejemplo más complejo del empleo de Aries como símbolo del espíritu puede observarse en La divina comedia de Dante, del siglo XIV. En el poema Dante se describe a sí mismo en su viaje a través del infierno, el purgatorio y el cielo. El purgatorio es una montaña a la que se accede por varias entradas. En la cornisa, Dante ve las imágenes esculpidas de los pecadores caídos a causa de su orgullo. Asocia el ascenso de la montaña con la penosa ascensión por las escalinatas hasta el templo de San Miniato al Monte, desde donde se contempla Florencia, ciudad natal del poeta. En ese momento aparece un ángel que aparta de su frente el pecado del orgullo.La correcta interpretación de esta parte del poema requiere la comprensión de la naturaleza de Aries. Según los astrólogos medievales, el primer signo del zodíaco dominaba sobre la ciudad de Florencia, y también sobre la cabeza humana. De esta forma, la sola mención de Florencia y de la frente evoca el signo de Aries. Y, lo que es más importante, el pecado característico del vehemente Aries es el del orgullo.


Aries rige los principios de las cosas, incluso las que se hallan en el dominio de lo espiritual. Constituye por ello una excelente asociación para el inicio de la penosa ascensión al Monte del Purgatorio, donde las almas de los muertos se espiritualizan mediante la expiación de sus más oscuros elementos.Aries es un signo de fuego, lleno de una exuberante energía espiritual. Tauro es el signo de la sólida tierra, relacionado con la fecundación de los lugares en los que se puede desarrollar el crecimiento. Aries y Tauro actúan asociados; el signo del fuego provoca chispas de energía que vitalizan el indolente elemento tierra. Pero no pueden completarse mutuamente: de la conjunción del luminoso Aries con la oscuridad de Tauro, nace un tercer elemento, que es Géminis. Géminis es el primero de los signos zodiacales "humanos". Es también el primer signo que pertenece por entero a la Tierra, mientras que hay algo ultraterreno en Aries y en Tauro.


Esta idea queda expresada en uno de los más espléndidos zodíacos del mundo occidental, que se halla en uno de los pórticos de la abadía de Vézelay, en Francia. Las imágenes de Aries y Tauro reciben aquí un tratamiento especial: hay una ruptura total con la tradición, ya que cada uno se representa como medio animal, medio pez. Esta curiosa desviación de las normas medievales tal vez indique que ambos signos quedan desligados del mundo tangible, y constituyen arquetipos de las formas platónicas: están vinculados al mundo de las ideas, fuerzas espirituales que intentan encontrar una expresión tangible, aunque no puedan integrarse en el mundo material. Resulta significativo que, por contraste, la pareja de Géminis de Vézelay se abraza, permaneciendo en la Tierra sobre un fondo de estrellas.Un bonito ejemplo del simbolismo asociado a tauro ha sido descubierto en el pueblecito de Gropina, cerca de Arezzo, en la Toscana (Italia). El púlpito presenta unos cuantos símbolos extraordinarios. En el atril hay grabadas tres imágenes: un águila encima de un ser humano, que a su vez se encuentra sobre un león. Son el símbolo de tres de los cuatro evangelistas: el águila, el de san Juan; la figura humana que lleva un libro, el de san Mateo; y el león, el de san Marcos.El símbolo del cuarto evangelista, san Lucas, es el Toro. Si queremos averiguar el porqué de su ausencia en el atril de Gropina, hemos de penetrar en las enseñanzas esotéricas relacionadas con la visión cristiana de la ciencia zodiacal.Tauro está asociado a la garganta, en especial a la laringe y al habla. De hecho, el los círculos astrológicos todavía se afirma que una persona con influencia de Tauro ha de tener una hermosa voz. A causa de esta antigua asociación, la primera simbología cristiana adoptó a Tauro como uno de los símbolos de Cristo, el Verbo o Logos. La asociación era doble: el Log os taba enlazado con el habla, regida por Tauro; y el sacrificio de la crucifixión enlazaba con la idea del toro sacrificado, uno de los ritos habituales en los tiempos de Grecia y Roma.Al aplicar esto al atril de Gropina, observamos que el cuarto símbolo aparece cuando el sacerdote asciende al púlpito, expresando la palabra de Dios y simbolizando a Cristo.Las asociaciones "secretas" de Tauro rebasan el terreno del arte religioso. El símbolo actual de Tauro no es el mismo que el empleado en la época medieval; parece proceder de una casi perdida tradición astrológica griega que posiblemente fue recogida e introducida en occidente por los pensadores de Chartres, que en los siglos XIII y XIV propagaron por Europa algunas enseñanzas secretas. Cuando en el siglo XVI el ocultista alemán Agripa interpretó este símbolo, insistió en que se basaba en el dibujo de la cabeza de un toro; pero puede interpretarse, con igual razón, como una representación de la Tierra coronada por una media luna: ésta acoge las fuerzas espirituales que fluyen hacia el interior de la Tierra a raíz del sacrificio del Logos.Según este razonamiento, el relativamente moderno símbolo de Aries adquiere sentido cuando se sitúa sobre el símbolo de Tauro, ya que representa la idea de las fuerzas espirituales encauzadas en el receptáculo en forma de media luna de Tauro. Cada vez que hablamos, reunimos las ideas de nuestro entendimiento espiritual y las vertemos en la laringe, donde nacen las palabras. Esta asociación de Aries y Tauro denota el descenso del espíritu (Aries) hacia el seno de la Tierra (Tauro).


El significado oculto del símbolo de Géminis puede en consecuencia concebirse como el complemento del proceso. Cuando el espíritu encuentra la palabra, la comunicación se hace posible. Lo que ha sido formulado en Aries y Tauro se expresa en Géminis, que rige el terreno de la comunicación.


El símbolo de Géminis parece proceder de la antigua Grecia. Consiste en dos líneas verticales apoyadas sobre una línea horizontal. Podría representar a dos personas que permanecen en estrecho contacto; una de ellas toma una idea del dominio espiritual y la expresa de determinada manera para comunicarle la verdad a la otra, simbolizada por la línea horizontal superior.

Si observáramos la imagen de un hombre y una mujer en la escultura de la catedral de Amiens, veríamos que; no están simplemente cogidos de la mano: se están comunicando, quizás incluso conversando. La representación de Géminis en la parte superior de las paredes del baptisterio de la catedral de Parma, en el norte de Italia, está formada por dos hombres, siguiendo la antigua tradición. Cada uno de ellos toca la cabeza del otro, al tiempo que agarra la rama de un árbol. Esto constituye con toda certeza un intento de simbolizar la continuidad de la cabeza (el pensamiento, representado por Aries) en la Tierra (los árboles).


Ausencia del toro (san Lucas y Tauro) en el púlpito del templo de Gropina (Italia), donde las imágenes del águila, del hombre y del león representan a tres de los cuatro evangelistas. Pero el papel del toro como símbolo de Dios lo desempeña el sacerdote cada vez que predica desde el púlpito.


El cangrejo, el león y la virgen




Cáncer, el cuarto signo del zodíaco, presenta la imagen de un cangrejo, lo cual indica la naturaleza acuática de este primer signo de agua. En un nivel de simbolismo más profundo, Cáncer está vinculado con las aguas uterinas y, por lo tanto, con la matriz, el nacimiento y la maternidad. Este simbolismo secreto se aplicó con muchas finalidades diferentes; por ejemplo, en los horóscopos que simbolizaban la creación del mundo -el así llamado thema mundi- Cáncer solía hallarse en el ascendente (es decir, el que se eleva en el horizonte). Como los astrólogos consideran al ascendente uno de los puntos más significativos de un horóscopo, Cáncer era uno de los elementos más importante en las cartas asociadas con el nacimiento de todas las cosas.


La vinculación de Cáncer con el nacimiento tenía su raíz, además, en un antiguo punto de vista sobre la naturaleza espiritual del mundo que, en la actualidad, nos resulta casi totalmente ajeno. Se creía que alrededor de la Tierra se encontraban las esferas celestiales, una serie de caparazones concéntricos. Se suponía que cada esfera estaba habitada por seres espirituales y era "gobernada" por un planeta. Y cada planeta, a su vez, estaba asociado con algunas de las categorías de la jerarquía espiritual, denominadas popularmente ángeles, arcángeles, etc.


Se creía, además, que cuando un espíritu venía a alojarse en un cuerpo humano en el momento del nacimiento, pasaba por cada una de estas esferas, absorbiendo, por así decirlo, las fuerzas espirituales relacionadas con los planetas. La última etapa de este descenso era la esfera de la Luna, que estaba encomendada al arcángel Gabriel. La Luna rige a Cáncer; por eso el signo está íntimamente vinculado con las experiencias prenatales.


En las curiosas imágenes zodiacales que todavía se conservan en el baptisterio de la catedral de Parma (Italia) y que datan del siglo XIII, pueden observarse algunos vestigios de esta idea. Aquí Cáncer está representado por un cangrejo de río -como en algunos otros zodíacos medievales- cuya cola cubre en parte el halo del arcángel Gabriel. El simbolismo adquiere especial importancia aquí porque se trata de un baptisterio, el lugar donde, por medio del acto del bautizo, un niño recién nacido se vincula con el mundo espiritual. Esta importante conexión entre Gabriel, el nacimiento y las experiencias prenatales del alma en la esfera de la Luna explican sin duda por qué Gabriel fue elegido para comunicar a María la noticia del próximo nacimiento de Jesús.


El signo de Cáncer, es un símbolo gráfico de la vacilación. La gente nacida bajo este signo se distingue por su variabilidad -su carácter "lunático", como suele decirse-, y la imagen del cangrejo se adapta muy bien a este aspecto de los Cáncer, que bien puede dispararse primero hacia un lado y después hacia otro.


La mutabilidad de los Cáncer suele limitarse a su vida emocional. En contraste, suelen apegarse a sus hogares, posesiones materiales e hijos. Esta curiosa estabilidad en una personalidad tan vacilante en otros aspectos se asocia con la tendencia de Cáncer a aferrarse al pasado. La infancia es el reino del Cáncer, ya que él o ella no olvidarán fácilmente el reino espiritual de la esfera lunar que precedió inmediatamente a la vida terrenal. Gabriel nunca está muy lejos de ellos, como sugiere el simbolismo de Parma.Leo ha tenido la misma imagen -la de un león- desde los tiempos más remotos. Leo es uno de los cuatro signos fijos (los otros tres son Tauro, Escorpión y Acuario). No hay duda de que están asociados con cualidades de "fijeza" en la personalidad, con la testarudez y la perseverancia. Cuando en los primeros siglos de la era cristiana el antiguo simbolismo del zodíaco fue adaptado a la nueva religión, los cuatro signos fijos fueron adoptados para representar a los cuatro evangelistas. Tauro representaba a Lucas, Escorpión a Juan, Acuario a Mateo y Leo a Marcos.Este importante simbolismo aparece en muchas catedrales para expresar enseñanzas y tradiciones vinculadas con el Sol, un símbolo de Cristo.Como Leo es regido por el Sol, el león es colocado con frecuencia dentro y fuera de las iglesias de manera que sea el primero de los cuatro signos fijos que reciba la luz del Sol. En la catedral de Chartres (Francia), por ejemplo, los cuatro símbolos de los evangelistas rodean al Cristo en majestad; el león es la primera figura que el Sol ilumina cada día.A veces el simbolismo es aún más profundo. En Orvieto, en la Italia central, los simbolos de los cuatro evangelistas están dispuestos a lo ancho de la fachada de la catedral; el toro de san Lucas está en el extremo sur, de modo que es el primero en recibir la luz del Sol. Sin embargo, da la espalda al Sol, ya que sus ojos miran a la Virgen y al Niño que se hallan en medio de las cuatro figuras, y es el león el que primero recibe la luz del Sol en la cara.


En el simbolismo medieval, la humanidad aparece con frecuencia dividida entre los poderes del Sol y de la Luna. Entre las más notables de esas imágenes, por su sutil simbolismo, figura un capitel tallado de la catedral de San Pedro de Ginebra (Suiza). Melquisedec, el sumo sacerdote judío, sostiene la sagrada forma (el pan transformado en el cuerpo de Cristo) en la mano derecha, y en la izquierda el cáliz que contiene la sangre del Redentor. Su nombre, grabado en la columna superior, fue ligeramente modificado para expresar una idea astrológica. La "M" fue tallada como un símbolo de Leo, y se encuentra justo encima de la hostia. La letra final, "c", separada del resto de la palabra, está dibujada como un símbolo lunar y aparece encima del cáliz. El sacerdote en un símbolo del hombre corriente, situado entre las fuerzas del Sol y de la Luna. Está vinculado con el mundo espiritual por medio de su propia sangre (el corazón de Leo) y de la sangre de Cristo (el líquido del cáliz).


El siguiente signo del zodíaco, Virgo, está íntimamente vinculado, debido a la tradición cristiana, con la Virgen María. Los primeros artistas cristianos vieron pronto la posibilidad de adaptar la imagen de una joven (en el reino de las estrellas) como imagen de la Virgen que dio a luz a un niño (en el mundo espiritual). Los artistas bizantinos y renacentistas insistieron en colocar una estrella en el hombro o en la cabeza de la Virgen María, hábito que sólo puede ser entendido en relación con el signo zodiacal de Virgo. La estrella más brillante de la constelación es La Espiga (Spica en latín), y por esta razón muchas imágenes de Virgo muestran una doncella que sostiene una espiga en las manos. Esta imagen es adecuada al simbolismo cristiano, que veía el trigo como una imagen de Cristo, el "pan" que alimentaría al mundo. Y tal como la Virgo de las constelaciones sostenía una espiga de trigo, la Virgen sostuvo al niño Jesús. De hecho, muchas imágenes de la Virgen María la representan con la espiga de trigo, o con muchas espigas cubriendo sus vestiduras.Otra veta de simbolismo cristiano aparece en las imágenes de la Virgen en que está sosteniendo una rueca. Ello hace referencia a uno de los evangelios apócrifos, según el cual María estaba hilando lana cuando el arcángel Gabriel se le apareció para comunicarle que iba a tener un hijo. Cuando los significados profundos de la rueca y la espiga se perdieron, los pintores y escultores representaron a la Virgen sosteniendo una flor, lo cual seguramente pretendía representar el florecimiento de la virginidad juvenil.


La figura de Virgo en la catedral de Amiens (Francia) sostiene algo que puede ser trigo. Pero esto no importa mucho, ya que el simbolismo más profundo de esta talla reside en el hecho de que la doncella se encuentra flanqueada por dos árboles: los árboles por los que la humanidad cayó y fue redimida. En un árbol habita la serpiente que tentó a Eva, y el otro representa el "árbol", la cruz en la que murió Jesús. Esta Virgo es una imagen de María, la madre de Cristo, situada como mediadora entre los dos árboles.


En la catedral de Chartres el arreglo de las figuras zodiacales es sorprendentemente rico en simbolismos y, además, la posición de la imagen de Virgo encierra una importancia especial. La figura se halla situada en la parte más alta del arco, junto con el arquero Sagitario, que es un símbolo militar. La catedral está dedicada a la Virgen María y, según las tradiciones esotéricas, fue financiada por la orden militar de los caballeros templarios. Así, esta curiosa yuxtaposición de Virgo y Sagitario, muy separados en el zodíaco, resume la fundación y advocación de la catedral.


En el símbolo de Virgo se ha querido ver, con frecuencia, una deformación de las letras MV, que significan María Virgen. Otros sugieren que deriva de una imagen de tres espigas de trigo erguidas. Pero su verdadero significado no saltará a la vista hasta que hallamos estudiado el simbolismo de Escorpión.


Balanza, serpiente y centauro


En muchos aspectos, la imagen de Libra, séptimo signo del zodíaco, poco ha cambiado en el curso de los siglos, aunque han existido variaciones regionales en algunos detalles. En la catedral de Chartres, en Francia, el zodíaco del siglo XIII esculpido sobre una de las puertas está muy estropeado y no es posible identificar la imagen de Libra. Sin embargo, en una columna al sur de esta puerta "astrológica", una pequeña imagen muestra a una mujer que sostiene unas balanzas. Las serie de figuras zodiacales dispuestas verticalmente en esta columna suele pasar desapercibida al observador casual, pero algunas de sus imágenes se salen de lo corriente y merecen una atención especial.


Una de las imágenes medievales más impresionantes de Libra es la que aparece entre una serie de esculturas zodiacales, actualmente (por desgracia) en muy mal estado, talladas por Benedetto Antelami en el siglo XII. Las figuras supervivientes se encuentran ahora en el baptisterio de Parma. Una representa un hombre -rara elección para la imagen de Libra- que sostiene unas balanzas desproporcionalmente grandes, al pie de una figura que personifica el mes correspondiente a Libra (septiembre-octubre en el calendario moderno). La desproporción entre la balanza y la figura humana puede representar un retorno a la antigua imagen humana de Libra según los egipcios. Ésta consistía en un par de balanzas sobre las cuales aparecía una figura pequeña rodeada por un círculo. El círculo es una especie de halo que indica que la figura del interior es un ser astral, un dios.


Esta imagen se relaciona con el símbolo egipcio de Libra, que presentaba un disco encima de una forma semejante a un cuenco. Se dice que representaba al Sol cuando se ponía sobre la Tierra, pero lo importante en el símbolo es el espacio entre el Sol y la Tierra, figuración del reino aéreo de Libra. Es el espacio que siempre existe entre el principio masculino (el Sol) y el femenino (la Tierra), y que el impulso de Libra trata siempre de salvar.


Esta importante idea de espacio, a menudo simbolizado como aire en la tradición esotérica, todavía está implícitamente contenida en el símbolo moderno de Libra. Contrariamente a la creencia general, no deriva de un par de balanzas. El símbolo funciona como un signo de igualdad entre los que corresponde a Virgo y a Escorpión. (De hecho, el mismo signo se utiliza todavía en matemáticas con el significado de "aproximadamente igual a".) Libra simboliza el puente que Virgo debe cruzar para llegar al Escorpión masculino. Es el espacio entre el Adán eterno y la Eva eterna, entre la parte femenina de la psique humana (el anima) y la parte masculina (el animus). En el zodíaco, Libra ocupa la postura opuesta al egoísta Aries, y en la astrología moderna la séptima casilla del zodíaco suele ser denominada "casa de las relaciones".Se ha argumentado también que los símbolos de Virgo y Escorpión proceden de un solo dibujo de una serpiente, con una cabeza, varias espirales y una cola. Era la serpiente tentadora en el Jardín del Edén, cuya labor maléfica provocó la separación hoy existente entre los dos sexos. Un relato simbólico de la evolución del signo afirma que la serpiente fue cortada en dos, y que a partir de su cuerpo se modelaron los cuerpos del primer hombre y de la primera mujer, que hasta entonces no habían conocido separación.


Significativamente, la parte seccionada de la cabeza se convirtió en el símbolo de Virgo, generalmente caracterizada por la claridad de pensamiento, en tanto que la cola pasó a ser uno de los símbolos de Escorpión, signo asociado con la pasión.Históricamente, el símbolo moderno de Escorpión tiene sin duda un origen serpentino. En tiempos de los antiguos egipcios, el símbolo derivó del pictograma de una serpiente en escritura demótica. En la época griega, se aproximó al símbolo moderno, aunque todavía se mantuvo claramente relacionado con su forma de origen. El ocultista Agripa, que escribió a principios del siglo XVI, aseguró que el símbolo moderno representaba el aguijón del escorpión, pero esto era mera conjetura, ya que no cabe duda de que el original se basaba en la imagen de una serpiente.


En muchos aspectos, Escorpión es, de los 12 signos, el más difícil de entender. Se encuentra una clave de su significado íntimo en el hecho de que a Escorpión se le otorgue gobierno sobre las partes sexuales del ser humano. El pleno significado de ello sólo puede captarse cuando se le relaciona con la visión del mundo según los pensadores medievales. Las partes sexuales estaban asociadas con el infierno, las fuerzas desconocidas y la parte demoníaca del Hombre, y esto explica por qué a la casilla de Escorpión se le dio el nombre de "casa de la muerte". Algunos astrólogos modernos van algo más allá y la denominan "casa del karma", ya que en las tradiciones orientales el karma es la suma de los actos de una persona, buenos y malos, a lo largo de una vida, actos que han de influenciar su sino en la vida siguiente.Esta relación con las fuerzas de la oscuridad explica la extraña dualidad que los astrólogos suelen asociar con Escorpión. El verdadero tipo Escorpión siempre da la impresión de vivir bajo tensiones extremas, como atrapado entre las fuerzas de la oscuridad y las de la luz. En el lado opuesto del zodíaco se encuentra Tauro, que, como se explicó anteriormente, está relacionado con el Logos, la palabra del ser de luz expresada por el cristianismo en la encarnación de Cristo. El eje que va de Escorpión a Tauro -presente, claro está, en todos los horóscopos- es muy poderoso. El conflicto entre Escorpión, asociado con el infierno, y Tauro, asociado con Cristo, representa en forma dramática la lucha entre la oscuridad y la luz que tiene lugar en el interior de todos los seres humanos.

La relación astrológica entre las "fuerzas de la luz" de Tauro y las "fuerzas de la oscuridad" de Escorpión es muy antigua, ya que fue establecida antes del Cristianismo, en las imágenes que intervenían en el antiguo culto persa de Mitra, dios de la bondad y de la luz. Una de estas imágenes muestra a Mitra degollando a un toro; la sangre de éste se derrama sobre la tierra, fertilizándola, mientras desde ésta un escorpión ataca los testículos del toro.


Esta imagen de la oposición entre Escorpión y Tauro es rica en simbolismo astrológico, ya que la sangre creativa se derrama hacia abajo, en tanto que las oscuras fuerzas de Escorpión se proyectan hacia arriba, del mismo modo que se interpenetran cielo y tierra. La imagen nos recuerda también que Tauro rige la garganta y la laringe, mientras que a Escorpión le corresponde gobernar las partes sexuales.Puesto que hay guerra entre la luz y la oscuridad dentro de la naturaleza de Escorpión, no resulta sorprendente que los constructores de catedrales situaran las imágenes asociadas con Escorpión de modo que aprovecharan el movimiento del sol, tal como hacían las imágenes de Leo.


Escorpión, relacionado con el infierno y con el lóbrego centro del cosmos (según la visión medieval del mundo), está situado de manera que sea el último en recibir dicha luz. Son ejemplos notables al respecto los grupos de figuras en las catedrales de Chartres y de Orvieto.


Después de los tortuosos senderos que hemos tenido que seguir para dilucidar el simbolismo de Escorpión, el simbolismo de Sagitario, noveno signo del zodíaco, aparece claro. Desde la Antigüedad, la imagen de Sagitario ha sido un centauro a punto de lanzar una flecha con su arco. Sin embargo, existen ejemplos de Sagitario representado como un ser humano, por ejemplo en la hermosa talla del baptisterio de Parma.


Este simbolismo es curioso, ya que un aspecto importante de la naturaleza de Sagitario es representado por la figura más usual del centauro, mitad humano y mitad animal. Ello pone de relieve que aquellos que se encuentran influenciados por este signo son impulsados hacia abajo por sus apetitos.


Los Sagitarios disfrutan con la buena comida, las compañías estimulantes y los placeres de la carne, pero su naturaleza más baja es descrita como un caballo porque puede ser domesticada para servir a las aspiraciones del espíritu. En un cuadrifolio de la catedral de Amiens, en el norte de Francia, el arquero no es representado como un centauro, sino como un sátiro con patas peludas, cola de espeso pelaje y pezuñas, clara referencia a una baja naturaleza terrenal, incluso bestial. La imagen expresa también la creencia astrológica según la cual el Sagitario tiene dificultad para dominar las exigencias de su cuerpo.


El Sagitario altamente desarrollado y que ha aprendido a poner su naturaleza terrenal al servicio de su espíritu es uno de los seres más libres, plenamente merecedor del epíteto "humano". En cambio, un Sagitario subdesarrollado queda atrapado en las demandas del mundo inferior y tiende cada vez más al estado animal. Es posible que el sátiro de Amiens exprese la idea con mayor contundencia que la imagen corriente del centauro, y, desde luego, se pierde todo simbolismo en las ocasionales representaciones modernas de Sagitario que separan sus dos aspectos y describen un jinete sobre su caballo.


La cabra, el ángel y el pez



En la actualidad Capricornio acostumbra a representarse con la imagen de una cabra. Pero la representación tradicional, y todavía la más frecuente, es la de un ser mitad cabra mitad pez. En los primeros tiempos del simbolismo babilónico, Capricornio era una cabra con cuernos y una cola como la de las sirenas. La tradición astrológica griega ensortijó esta cola. Los primeros manuscritos astrológicos medievales mostraban a Capricornio con un aspecto muy similar al original babilónico, pero en la Baja Edad Media la tradición astrológica adoptó la forma de la representación griega. Es esta imagen la que aparece en la mayoría de las representaciones zodiacales de los templos y catedrales de Francia e Italia.La conjunción de la cabra y el pez no constituye de ningún modo una rareza histórica, ya que está repleta de significado y refleja además la personalidad de Capricornio. La tradición astrológica insiste en que Capricornio aspira a vivir bajo la luz del día; es como una cabra montés que se esfuerza siempre en subir hacia arriba. Es un admirador de lo superior, y es también ambicioso, procurando ponerse siempre a la cabeza de su profesión.


La cola del pez representa, sin embargo, el elemento del temor en la naturaleza de Capricornio. Representa la muchedumbre en la cual lo individual se funde y pierde su propia identidad. La acuciante ambición de superioridad de Capricornio se debe, en parte, a su deseo de separarse del rebaño, de lo que intuitivamente califica de mediocre.La representación de Capricornio es una parábola de la lucha por encontrar un lugar en la vida de las naciones civilizadas. En el momento actual de su evolución, el Hombre se esfuerza por romper con el espíritu de masas (la cola del pez) en el que sumerge su propia identidad y su lucha personal con las exigencias generales del grupo.Es interesante observar que en la actualidad la imagen del pez-cabra ha sido sustituida en varias ocasiones por la de la cabra. Es como si los argumentos inconscientes que determinan el desarrollo y la evolución de los símbolos contemplaran sólo el aspecto externo de Capricornio, es decir, su ambición, su preocupación por el status, etc. Al ignorar la cola del pez de Capricornio, se ignoran también el miedo y la soledad que constituyen su esencia.Es difícil precisar con exactitud el momento a partir del cual empezó a aparecer la imagen de simple cabra, pero la representación que figura en un fabuloso esquema zodiacal inglés conservado en el Merton College de Oxford es de fecha muy temprana: fue tallada en el año 1497; en aquel momento, muy pocos astrólogos debían de considerar a Capricornio bajo otro aspecto que no fuera el del pez-cabra.


El símbolo de Capricornio es poco más que el dibujo esquemático de dicho pez-cabra: la parte del símbolo con forma de "V" representa el cuerpo curvo, y el rasgo final representa la cola retorcida. Curiosamente, este símbolo se desarrolló más o menos en la misma época que la figura de la cabra, como si fuera necesario expresar, por lo menos en el símbolo, la dualidad de Capricornio.


El siguiente signo del zodíaco, Acuario, se representa con la imagen de un hombre que vierte el agua de una enorme jarra. Sin embargo, existe modernamente una tendencia a convertir esta figura en una mujer. La imagen parece derivar, en sus orígenes, de la figura de Hapi, dios del Nilo que vertía el agua de dos jarras. Existía incluso una primitiva representación babilónica de un dios que sujetaba un cántaro de agua, pero que tenía también el poder de verter agua de sus propias manos.


El nombre babilónico de Acuario puede significar tanto "gran estrella" como "constelación del gran hombre". Esta última designación es interesante, porque más tarde, cuando Acuario fue adaptado a la simbología cristiana, conservó su naturaleza a la vez divina y humana. Cuando los cuatro signos "fijos" del zodíaco pasaron a ser símbolos de los cuatro evangelistas, Acuario representó a san Mateo. Aunque constituía, de los cuatro, el símbolo humano, fue representado con alas, lo cual subrayaba su naturaleza angélica y espiritual. La representación cristiana incluía además un pliego de pergaminos o un libro del que procedían los poderes espirituales, en lugar de la jarra de agua.Con el paso del tiempo, el elemento humano fue enfatizado a expensas del divino. Mientras la imagen de la constelación se representaba habitualmente como un hombre o una mujer alados, la imaginería zodiacal más popular empezó a mostrar a Acuario como un ser humano desprovisto de alas, como si el antiguo dios hubiera descendido a la Tierra.


Las finas líneas en zig-zag que simbolizan a Acuario son consideradas generalmente como dibujos de las olas del agua. Y sin embargo Acuario, a pesar de su nombre, es uno de los signos de aire. Algunos astrólogos modernos aseguran que el dibujo muestra una corriente eléctrica, pero no existe fundamento histórico alguno para esta afirmación.En realidad este símbolo no encierra grandes misterios, ya que las líneas en zig-zag derivan de los primeros símbolos medievales, que representaban sin ninguna duda el agua que fluía de la jarra de Acuario. El elemento más importante es el que permanece invisible: el espacio entre las dos líneas. En él vemos el aire que separa las dos corrientes, el aire que "circula entre las dos líneas de la vida", el espacio cósmico que permite la vida de los objetos. Mientras Leo rige el corazón y la sangre, Acuario rige la circulación, cuya principal función es el transporte del oxígeno -que a su vez procede del aire- a todo el cuerpo.


Los primeros zodíacos incorporan el símbolo de Piscis como un par de peces que nadan en direcciones opuestas. Sin embargo, en los relieves egipcios de Dandara los dos peces aparecen nadando en la misma dirección, y sus colas están unidas por un hilo. Fue la primera de estas dos antiguas representaciones la adoptada finalmente por los astrólogos medievales, de forma que todos los zodíacos clásicos muestran a los dos peces nadando en direcciones opuestas, enlazados por un hilo de plata que sujetan firmemente en la boca.Interpretaciones posteriores de esta imagen sugieren que los dos peces representan la dualidad de la naturaleza humana: el espíritu y el alma, visualizados en continuo enfrentamiento. El espíritu permanece alejado del dominio físico de la Tierra y se limita a zambullirse en él de vez en cuando, permaneciendo a pesar de todo libre y sin mancha. El alma, por su parte, empieza a estar contaminada por el mundo material. El espíritu aspira a ascender y es libre; el alma es atraída hacia abajo por la Tierra. He aquí la oposición simbolizada por los dos peces. La cuerda que los une es el "cordón de plata", el lazo que une espíritu y alma durante la vida, pero que se rompe con la muerte.Este nivel de interpretación pasa enteramente por alto el terreno de lo físico: los dos peces nadan en las aguas del espíritu y del alma, y el temperamento Piscis se concibe como el habitante natural del reino espiritual, como el que persigue la realización de la belleza en el arte y en la poesía.


Los primeros cristianos relacionaban el símbolo del pez con Cristo. Esta conexión fue reforzada, en la estructura del zodíaco, a través del signo de Piscis: éste se oponía directamente al signo de Virgo, que en los primeros tiempos del cristianismo fue asociado con la Virgen María. No resulta sorprendente que ciertas pinturas y esculturas cristianas primitivas muestren a una mujer llevando, o incluso amamantando, a dos peces: tales imágenes pertenecen a la tradición esotérica que pretendía conectar la astrología pagana con la fe cristiana. En algunos casos la imagen de los peces gemelos es sustituida por la de un solo pez, a menudo un delfín, que fue el primer símbolo de Cristo; éste es el caso del Piscis que figura en el zodíaco del Merton College.


La vida es mucho más, de lo que se cree ver.

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