Yin y Yang: 2 X 1

Un símbolo con dos protagonistas que están juntos y revueltos, delimitados pero mezclados, así como la Naturaleza misma.

Quizá uno de los símbolos más reconocidos de todos aquellos que representan a las religiones orientales es el famoso Yin Yang. Según la sabiduría china, es un modo de reflejar las fuerzas que se interconectan a pesar de sus naturalezas opuestas, porque al final, todas ensamblan al mundo natural real y completo.

El Yin se representa con el color negro, el Yang con el color blanco. Se dice que el Yin es femenino, el Yang, masculino. El Yin rige la noche, los valles y depresiones de terrenos, los ríos y arroyos, agua, metal y tierra. El Yang rige el día, las cimas de las montañas, colinas, fuego, viento y maderas.Todos los opuestos están interconectados y un elemento no puede existir sin algún contrario, de acuerdo a lo que propone este símbolo. Algunos se atreven a asociarlo a la existencia de hombres y mujeres, que se extinguirían totalmente sin que el uno contara con la existencia del otro. Así de fuertes son las raíces que enlazan a cada Yin con su Yang. Es imposible hablar de algo sin hacer referencia a su opuesto.

Otro aspecto de la interconexión entre opuestos es la capacidad de que uno afecte o transforme al otro según sea necesario, porque no sólo co-existen, sino que deben equilibrarse para ofrecerse en igual cantidad ante el mundo. Ambos deben estar a la par, por eso es que si uno desaparece, el otro hará inmediatamente lo propio. Es por esta razón que ambos son concebidos del mismo tamaño y entrelazados.

Un punto de Yin se coloca en Yang y viceversa, señalando que hay un poco de uno en el otro, pero dentro de esos mismos puntos se podría decir que hay más Yin y Yang representados hasta proporciones infinitas.

Como se señaló anteriormente, Yin y Yang son día y noche, por tanto son luz y oscuridad. A lo largo del día, con el trayecto del sol, Yin y Yang van moviéndose y alternándose a lo largo y ancho del cielo, demostrando su eterna presencia y reflejándose sobre la Tierra.

Las religiones que usan al Yin Yang como símbolo creen que ambos forman una Unidad perfecta dentro de su naturaleza dual y que son el principio por el que se rigen todos los elementos de la vida.